La Bind It All y yo

Llevo un tiempo sin publicar en el blog, soy más activa en redes sociales como Instagram; me gusta jugar cada día con la imagen y mostrar lo que estoy haciendo o he terminado.

Desde hace un año, tengo la encuadernadora Bind It All en casa, guardada en una bolsa súper mona, de color rosa, y con poco interés por usarla... (Mal, muy mal, si lo tienes lo usas y si no, no lo tengas).

Bueno, pues me he atrevido a ir quitando miedos (este era uno de ellos) y a probar mi juguete.

Así que empecé a preparar las tapas para el cuaderno con retales de papeles, que guardo como grandes tesoros.

Unas hojas, un wire-o, un poquito de tinta para dar color y una goma elástica son suficientes para tener mi cuaderno de notas, donde poder apuntar mis labores y manualidades.

Con eso, e intentando hacer lo que dice la portada: "I'm going to be an artist".

Un cuaderno de música

Es verano, es agosto, y la mayoría de la gente está de vacaciones.

Los destinos son variados: playa, montaña, pueblo, ciudad, camping, hotel, apartamento, casa de familiares y amigos, piscina, río, lago, terracita del bar...

En todos estos lugares hay multitud de cosas por hacer, aunque bien es sabido, que la mayor parte del tiempo la dedicamos a planear o a descansar y nos quedamos viendo cómo pasan los días sin hacer nada.

De repente pensamos que llega la vuelta al cole y puede ser una buena ocasión para hacer un regalo a esa "profe" especial.

En esta ocasión, se trata de una profesora de conservatorio, a la que quieren sorprender con un cuaderno de música, para que lo empiece a usar con el nuevo curso, que está a la vuelta de la esquina.

Un cuaderno apaisado, con pentagramas, acabado con marcapáginas y cierre de lazo.

Un cuaderno para fin de curso

Llega el final de curso y de repente hacemos balance del año (escolar).

Recordamos buenos y malos momentos, tiempo de relax, de pasarlo bien, de aprender y también las prisas y agobios cuando se acercan exámenes.

Por mucho que nos quejemos de cuántas tareas nos mandan y cuánto tenemos que estudiar, hay que reconocer que es por nuestro bien, necesitamos cultura, cultura es saber y saber nos hace crecer.

Siempre es bueno ser agradecido, y lo podemos hacer de mil maneras, tanto materiales como inmateriales: con palabras de agradecimiento, con gestos amables, con detalles...

En este caso, este cuaderno ha sido una muestra de agradecimiento a una profesora de primaria, que ha sabido transmitir conocimientos y cariño, y a quien una familia se lo quiere agradecer así.

Espero que disfrutes el cuaderno llenándolo de saber y conocimiento, de sueños y fantasía. 

Una letra para Nicolás

En esta ocasión, la mamá de Nicolás me pidió que hiciese su inicial para decorar su habitación.

Como siempre, el proceso es el siguiente: cortar, pegar, forrar y barnizar.

Es un proceso lento, relajado, donde poco a poco la letra va tomando forma.

Cuando está montada, llega el momento de elegir el papel para forrarla; después de mostrar distintas opciones, la decisión llega rápidamente: un papel de pajaritos de colores en las ramas de un árbol.

Tras seguir trabajando en ella, queda acabada y, ¡lista para entregar!.

¡Gracias por confiar en mí!

Álbum de fotos

El mes de mayo es el mes de las flores y el mes de las comuniones, llega el buen tiempo y a muchos de nosotros nos entran ganas de playa, de campo, ganas de llenar todo de color.

Un compañero y amigo, que es fotógrafo, me pidió ayuda para hacer un par de álbumes de comunión, uno para un niño y otro para una niña.

Lo primero que elegimos fue el tipo de cubierta para el álbum: ventanita en la parte inferior derecha de la portada, para poder poner una foto de presentación.

Para el niño un fondo de rayas verticales con colores fuertes y para la niña uno más suave, color arena con conchas y estrellas de mar.

Utilicé una tela plastificada en color gris metalizado, que es muy fácil de combinar con casi cualquier tipo de papeles, y papel de scrap para la ventana.

Letra M

Hace tiempo que corté el cartón para hacer la M, pero no ha sido hasta ahora, 5 meses más tarde, que me he puesto con ella.

No ha sido por pereza, no tenía una obligación con nadie para hacerla, simplemente buscaba mi momento y el de la letra, y por fin llegó.

Ahora ya sabía para quién iba a ser la letra, así que me puse en acción y la monté.

Para forrarla, he utilizado un papel de palabras con diferentes tipografías, que me encanta.

¡Espero que también les guste a sus destinatarios!

Un taller de cajas

A mediados de enero me enteré de un taller para aprender a hacer cajas forradas de tela,que se impartiría a principios de febrero, y como uno de los  objetivos que me había marcado para el nuevo año era aprender a hacer cosas nuevas, pues no me lo pensé dos veces y enseguida reservé plaza.

Aunque he trabajado con cartón y papel, hasta ahora nunca había hecho cajas ni trabajado con tela, por lo que tenía que aprovecharlo y tratar de disfrutar al máximo.

Aprendí a hacer una caja forrada en tela, con dos tapas y con separación en el medio, que aunque no está nada mal, siempre, por ser la primera, tenemos la obligación de superarla.

Compré unas telas muy bonitas, para poder practicar en casa y no tener la típica excusa de que no tengo todos los materiales que necesito, y tras un mes, por fin puedo decir que lo he conseguido, ya he hecho mi primera caja en casa, en solitario, tratando de recordar cada instante de mi taller.

En esta ocasión he utilizado tela marrón para los laterales exteriores de la caja, tela naranja para el interior y tela de mariquitas para las tapas. A esta no la he puesto separador interior, y aún estoy pensando si ponerlo o no...

Fue un día especial, de aprendizaje, de crecimiento personal, de enriquecimiento para los sentidos.

Me dediqué el día a mí, a disfrutarlo, era una cita conmigo misma, o como me gusta llamarlo ahora porque como tal lo siento: "mis terapias manuales".

Por cierto, ya tengo en mente otra caja con las telas que voy a utilizar, que seguro quedará preciosa, pero de momento está ahí, en mi mente, a ver si consigo con un pequeño empujón ponerme a ello y hacerla, para poder mostrarla también.

Letra E

Después de hacer la H para Hugo, no podía faltar la E para Éric.

Un papel diferente, pero la misma técnica.

Y es que el peque se nos está haciendo mayor...

Caja forrada de tela

Dicen que a la tercera va la vencida.

No sé si será cierto, aunque está claro que cuanto más practiques mejores resultados obtendrás.

Esta es mi tercera caja forrada en tela, con un estampado infantil de conejitos, muy dulce y bonito.

Las tapas llevan el mismo estampado de conejitos por dentro.

El interior de la caja está forrado con una tela en tonos verdes con detalle de corazones en marrón.

Para los laterales visibles del exterior he utilizado tela marrón.

Aquí muestro una foto del conjunto, donde también se aprecian los tiradores redondos dorados, muy sencillos.

Después de este nuevo trabajo me siento muy  contenta y satisfecha con los resultados.

Tuneando un bote con washitape

¿Qué puedes hacer cuando guardas un bote pequeño de patatas y tienes washitapes muy bonitos?

Pues por ejemplo, tunear el bote como hice yo.

Supongo que no soy la primera que lo hace, ni seré la última, pero resulta que este bote tenía un buen tamaño para tener en la mesa de trabajo y debía tener mi toque, así que no podía ser de otra manera.

Un washi de lunares muy mono, otro de nubes y corazones, que con estos días soleados apetece poner, y otro washi de rayas, todo muy primaveral, dulce y alegre.

Y, ¿para qué puedo usar el bote? Pues muy fácil, para guardar ahí mis hilos encerados, que es el tamaño ideal.

Están recogidos, los tengo a mano y visibles, que si no, lo que no vemos muchas veces parece que no existe.

Algo fácil, rápido, sencillo y resultón.

Letra H

Aunque he seguido haciendo pequeñas cosas durante el mes de diciembre y enero, hasta ahora no había vuelto a publicar ningún trabajo.

En el mes de diciembre pude finalizar mi gran proyecto otoñal, y liberé mi mesa para hacer sitio a nuevos proyectos y trabajos.

Como llegaba la Navidad e iba a reencontrarme con la familia, mi hermana me pidió que le enseñase a hacer letras... Muchos planes y poco tiempo, pues son días de sobremesas largas y visitas.

Bueno, pues fui al pueblo cargadita como Papá Noel, para poder hacer las letras.

Nos dio tiempo a cortar cartón y nada más, así que volví a mi casa con tareas empezadas para las que hay que buscar tiempo y acabarlas, que ya en otro momento dije que "le sienta muy bien al alma terminar las cosas que tenemos empezadas".

Como hemos empezado un nuevo año, me he marcado 12 propósitos para hacer realidad, y entre ellos está finalizar tareas pendientes, como libros empezados, manualidades... Vamos, lo que sea que haya podido empezar algún día.

Y bueno, de momento tengo acabada una letra de tres... Ya me queda menos para conseguir el objetivo.

Me gustó el resultado de la letra R que hice, así que esta H también la he envejecido. La verdad es que con este papel queda muy bonito el efecto envejecido...

Después de envejecerla, la he barnizado para protejerla y que se pueda limpiar sin estropear, y bueno, ¡menudo resultado! 

El color también ha cambiado con el barniz y ahora queda más bonita si es posible mejorarlo...

¡Espero que cuando Hugo la tenga en sus manos le guste tanto como a mí!