Como lo de hacer letras aún no me había dado por practicar, pensé que era una oportunidad, y que podía compensar esa larga espera del cuaderno haciendo su inicial como regalo (aunque el cuaderno sigue en mi lista de tareas pendientes).
Me decidí y me puse manos a la obra, a preparar una R para Roberto.
Y aunque siempre se puede mejorar el trabajo, lo importante es la decisión y convencimiento para llevarlo a cabo, para que nos dé pie a superarlo en cada paso que demos.
Y bueno, orgullosa con los resultados de la letra, el destinatario gratamente sorprendido, así que ahora a seguir practicando con otras letras.
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